Durante mi trabajo, intento estar alerta para captar las estrategias inconscientes de cada persona que veo; y, en mi vida privada en las que mi inconsciente consigue traspasar lo corpóreo, a pesar de lo que yo piense o crea que es preferible. La toma de contacto con mi propio rostro expresa innumerables sensaciones con una serie de materiales que sirven para conocer el funcionamiento visual de mis preocupaciones, miedos, fobias a través de la expresividad plástica. Una toma de contacto con las sensaciones más profundas u oscuras que en otras circunstancias más convencionales se intentarían ocultar. En esta dislocación del yo, el inconsciente se encarga de sortear aquellos actos que tengan que ver con otros sucesos vitales que ya sucedieron, generando un trauma o un trance.

 
_ serie "la dislocación del yo" (detalles) - serigrafía, latex, pelo, alfileres, hilos, sobre papel supealfa, medidas variables.